La garnacha tinta es una de las variedades de vid más extendidas y más plantadas alrededor de todo el mundo. Es muy conocida dentro de la Península Ibérica, y de hecho fue, durante el siglo pasado, la uva predominante.
¿Sabrías distinguirla de otras variedades a simple vista, o descubrirla en algún vino? Si quieres conocer sus características, un poco de su historia e, incluso, algún dato curioso, ¡esto te interesa!
Una de sus principales características, que, de hecho, explica su fácil implantación y su permanencia en diferentes zonas, es su resistencia a las plagas típicas de la viña, como la acariosis y el oidio.
Además, resiste bien el viento cálido y está preparada para sobrevivir a climas secos, pero también es una uva muy interesante si se da en zonas con temperaturas más frescas.
La garnacha tinta es una uva que tarda en madurar, y suele ser de las últimas que se cosechan. Este tiempo, más prolongado que el de otras variedades, hace que aumenten considerablemente los niveles de azúcar y, en consecuencia, que el grado de alcohol que alcance el vino sea elevado (normalmente, de un 15% como mínimo).
En cuanto al color, al ser la piel del fruto bastante delgada y luminosa, es más bien pálido y con pocos taninos.
Sin embargo, produce vinos muy vigorosos y con gran cuerpo y textura, y sus aromas son delicados, equilibrados y frutales.
Existen evidencias de que la garnacha tinta tiene su origen en España, y más específicamente en la región de Aragón, donde llegó a ocupar casi la totalidad de los viñedos a finales del siglo pasado.
Con la llegada de nuevas variedades, esta uva fue perdiendo terreno paulatinamente, pero aún así continúa siendo de las más populares en nuestro país.
Del norte de España se fue abriendo camino en el sur de Francia, y se consolidó en tierras galas en el siglo XIX.
También se presentó en Australia y durante varios cientos de años fue allí la uva de vino tinto más cultivada, hasta que la desbancó la shiraz. En California y Washington fue, asimismo, una variedad con muy buena acogida.
Hoy, se cultiva en todo el planeta, y recibe en consecuencia muy variadas denominaciones: Abundante, Alicante, Cannonaddu, Cannonaddu Nieddu, Cannonao, Cannonau Selvaggio, Canonazo, Carignane Rosso, Garnaccho Negro, Garnatxa País, Gironet, Granaccia, Granaxa, Grenache Rouge, Lladoner, Retagliad Nieddu, Rivesaltes, Rousillon Tinto, Rousillon, Tinto Aragonés, Tinto Navalcarnero y Uva di Spagna.
Por ser una variedad con tendencia oxidativa, la garnacha tinta durante mucho tiempo fue tratada como una uva menor, sin capacidad de envejecimiento y, por tanto, menospreciada con respecto a otras.
Pero hoy en día se considera que ha sido injustamente tratada, porque es una uva tinta sabrosa y aromática, y juega un papel fundamental en los ensamblajes o mezclas, a partir de los que se crean la gran mayoría de vinos.
Las mejores cosechas de garnacha tinta la utilizan en la elaboración de sus vinos y merece la pena conocer sus limitaciones y apreciar sus virtudes para disfrutarla como se merece.
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